Diez antifúngicos naturales para combatir la candidiasis

El tratamiento convencional de la candidiasis consiste en la administración por vía oral de fármacos antifúngicos como el Fluconazol o cremas de uso tópico como Clotrimazol o Miconazol (para la candidiasis vaginal), sin embargo, éstos tienen efectos secundarios importantes, debilitan aún más el sistema inmune y las cepas de Cándida Albicans pueden desarrollar resistencia hacia los mismos. Para una recuperación completa debemos aplicar un tratamiento que actúe directamente sobre los factores que dan lugar a la infección. En muchos casos, y para evitar la recurrencia de este organismo tan tenaz, se deberían asumir cambios de por vida, sobretodo en hábitos alimenticios.

Por lo tanto, y sabiendo que una candidiasis oral o vaginal suele ser sólo una manifestación visible y localizada de un problema interno, intestinal, se recomienda un tratamiento integral y natural que dependerá, por supuesto, del perfil del paciente. Es un proceso largo (debería durar al menos 3 meses) y requiere compromiso y perseverancia, pero los resultados son muy satisfactorios y se empiezan a notar desde las primeras semanas…

Cándida Albicans

Estos son algunos de los antifúngicos naturales más efectivos en el tratamiento de la candidiasis. Es conveniente combinar los antifúngicos y rotarlos para evitar que la Cándida desarrolle resistencia hacia los mismos. Empezar con una dosis moderada e ir aumentándola gradualmente:

1. Ajo. El ajo es un gran antibiótico natural y un potente fungicida y antiviral. Ayuda a reforzar el sistema inmunológico, reduce el colesterol y ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre. Uno de los compuestos claves del ajo es el ajoeno, un antifúngico natural que ha demostrado ser eficaz en muchas cepas de hongos, como por ejemplo la Cándida Albicans. Además, es más efectivo que muchos fármacos antibióticos porque, a diferencia de éstos, mata sólo el organismo patógeno sin afectar a las bacterias amistosas.
2. Ácido caprílico. Es uno de los tres ácidos grasos (junto con ácido cárpico y ácido láurico) que se encuentran en el aceite de coco. Es un potente antifúngico que mata las células de Cándida y también contribuye en la restauración de la acidez del estómago. Está disponible en cápsulas de gel, que permiten que el ácido caprílico llegue al tracto intestinal.
3. Aceite de orégano. El orégano silvestre es uno de los antifúngicos naturales más potentes. También tiene propiedades antivirales, antibacterianas y propiedades antiinflamatorias. Un estudio ha demostrado que incluso ayuda a prevenir el cáncer. El aceite de óregano es particularmente útil para el tratamiento de la candidiasis. Una de las ventajas del aceite de orégano sobre otros antifúngicos es que la levadura Cándida no desarrolla resistencia hacia el mismo, mientras que otros antifúngicos pueden perder efectividad con el tiempo. El aceite de orégano contiene dos antimicrobianos naturales llamados carvacrol y timol. Las investigaciones sugieren que estos productos químicos reaccionan con el agua del torrente sanguíneo para deshidratar y matar a las células de levadura. Otro estudio encontró en el carvacrol una acción antimicrobiana más efectivo que en 18 fármacos diferentes. Podemos tomar tres gotas de aceite de orégano diluidas en agua dos veces al día e ir aumentando la dosis gradualmente hasta séis gotas dos veces al día.
4. Aloe Vera. El jugo de Aloe Vera es bueno para la salud intestinal en general. Contiene enzimas que ayudan a descomponer grasas, azúcares y almidones, y promueve el crecimiento de bacterias saludables en el intestino. Además, su suave efecto laxante ayuda a eliminar las toxinas del colon. Es un potente desintoxicante para el cuerpo entero, pero especialmente para el hígado sobrecargado. El Aloe Vera también repara y protege la pared intestinal evitando que la Cándida la atraviese. El jugo de Aloe Vera se puede encontrar en cualquier herboristería. Si no te gusta el sabor, se puede añadir un chorrito de limón. La dosis debe ser de un máximo de cuarto de taza al día.
5. Jengibre. La raíz del jengibre proviene de una planta originaria de Asia llamada Zingiber officinale. Sus propiedades medicinales se han utilizado durante siglos por las culturas tradicionales, pero también se utiliza como especia y como alimento. Desde su descubrimiento, el cultivo de jengibre se ha extendido a partes de África y el Caribe y ahora es de fácil acceso en todo el mundo. Existen estudios que demuestran que la raíz del jengibre contiene varios ingredientes que tienen propiedades antifúngicas como el shagelol y el gingerol. Podemos utilizarlo como sazonador de alimentos, rayando una pequeña cantidad, dado su fuerte sabor. También podemos hacer una infusión de jenjibre.
6. Sello de oro. Fue utilizado originalmente para los trastornos de la piel, problemas digestivos e incluso como un medicamento para el cáncer. Actualmente, el sello de oro ha ganado popularidad y se utiliza para curar heridas y muchos tipos de infección, así como un agente antifúngico para combatir, por ejemplo, la proliferación de Cándida. El ingrediente activo en el sello de oro es la berberina, un alcaloide que se encuentra también en otras plantas como el agracejo y la uva de Oregon. La berberina inhibe el crecimiento de diversas especies de Cándida. Además, los estudios han demostrado que la berberina ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre, activa los glóbulos blancos fortaleciendo el sistema inmunológico y mejora la capacidad del organismo de combatir infecciones por sí mismo. Puedes tomar sello de oro en extracto líquido o en forma de cápsulas hechas de polvo de raíz de sello de oro.
7. Pau d’Arco. Es una hierba originaria de la selva amazónica. Por una parte ayuda a aflojar los intestinos facilitando la depuración y, por otra parte, actúa como un potente agente antifúngico. Contiene varias clases de compuestos como lapachol, xyloidone y varios napthaquinones. El más importante de ellos es el lapachol, y se ha demostrado que inhibe el crecimiento de la Cándida. La forma más fácil de tomarlo es como infusión.
8. Canela. Existen ya varios estudios que corroboran el efecto antifúngico de la canela y sus propiedades contra varios tipos de Cándida, incluyendo la Candida Albicans. Además de sus propiedades antifúngicas, varios estudios han demostrado que regula el azúcar en la sangre e incluso está ganando aceptación como un posible tratamiento para la diabetes de tipo 2, como parte de un conjunto más amplio de cambios en el estilo de vida. El extracto de canela suprime las citoquinas que regulan la respuesta inflamatoria y que han sido vinculadas a la artritis. La forma más fácil de consumir canela es añadirla en polvo a los alimentos.
9. Aceite de árbol de té. Es un aceite vegetal concentrado de las hojas de un árbol originario de las zonas costeras de Australia.  Posee un potente efecto antiséptico que actúa contra las bacterias, hongos y virus, además es bactericida, fungicida, antiviral, cicatrizante, antiinflamatorio, desodorante y expectorante. Se ha utilizado desde hace muchos años para el tratamiento de infecciones de la piel, pie de atleta, acné… Es de uso externo, no debe ingerirse. El aceite de árbol de té se puede aplicar directamente sobre la piel en dosis pequeñas o rebajado en agua.
10. Clavo. El clavo procede del árbol del clavo, de hoja perenne, originaria de Indonesia, pero que ahora se encuentra en todo el mundo. Junto con sus otros beneficios médicos, el clavo es también un poderoso agente antifúngico que a menudo se usa para tratar el pie de atleta y otras infecciones micóticas. Su principio activo es el eugenol, y tiene propiedades antisépticas que ayudan a matar la levadura Cándida además de estimular el sistema inmunológico. El clavo es más eficaz en forma de aceite. Se puede tomar entre 1 y 3 veces al día, de 15 a 30 gotas disueltas en un vaso de agua tibia. También lo puedes combinar con otros aceites, como el aceite esencial de canela.

Reequilibrar y reparar el sistema : comiendo yogures o bien usando una pequeña cantidad como crema hidratante vaginal. Las bacterias en el yogur desempeñan un papel fundamental en cómo este es digerido por el cuerpo humano. Estas bacterias, que tienen una estructura molecular similar a la de los microorganismos que se encuentran en los intestinos de los humanos, pueden brindar protección contra las bacterias nocivas que causan enfermedades. Lactobacillus acidophilus puede trabajar ayudando al cuerpo a mantener una consistencia normal de bacteria en el estómago, intestinos, y vagina.